Para poder comprender el sentido de la obra del Dr. Bach es necesario
partir de los soportes de su concepción del hombre y del Universo.
Bach postuló la existencia de una polaridad básica entre dos instancias:
el alma y la personalidad. El alma es lo permanente, lo inmortal, la energía
esencial, lo trascendente y la personalidad lo transitorio, lo mortal, el
accidente y lo inmanente.
La meta del alma es alcanzar la perfección. Perfección equivale al
despliegue de las potencialidades, a la individuación o realización.
El camino para tal fin consiste en el recorrido de un proceso de evolución
que finaliza al alcanzar la perfección.
Este proceso de evolución va desde la falta a la completud, del error a la
verdad, de la ignorancia al conocimiento y del defecto a la virtud.
Nuestra vida actual no es más que un momento en este proceso, “un día de
colegio”. El hombre, para Bach, encarna para obtener conocimiento y experiencia
y así corregir los defectos, errores o faltas que lo hacen imperfecto. Vivir es
entonces una oportunidad de continuar avanzando. Y uno de los instrumentos con
que cuenta el hombre para hacer posible este crecimiento de su nivel de
conciencia es la enfermedad. Dice Bach: “…la enfermedad, en apariencia tan
cruel, es en sí beneficiosa y existe por nuestro bien, y si se la interpreta
correctamente nos guiará para corregir nuestros defectos esenciales”.
Qué es la enfermedad?
El concepto que Bach tiene de la enfermedad pone de relieve una faceta de
los males del hombre que el pensamiento y la ciencia habían olvidado.
Bach hace una revalorización de la experiencia de la enfermedad,
colocándola como parte de un proceso y de un proyecto. Solo si la leemos dentro
de esa realidad, aquella toma cuerpo comprensible.
La enfermedad no es un mal a suprimir sino un beneficio a comprender:
Para Bach la enfermedad es beneficiosa. ¿En dónde radica el beneficio? En
el hecho de que el dolor, el sufrimiento, el malestar sirven de señales que nos
indican la necesidad de aprender una lección “que de otro modo nos habría
pasado desapercibida y que no puede erradicarse mientras que no se aprende la
lección (Bach)”.
La enfermedad es una oportunidad de vida. No es algo negativo sino que es
la expresión manifiesta de un defecto a corregir para seguir avanzando en el
proceso de evolución hacia la meta de la perfección.
Vista así, la enfermedad podría concebirse como parte de la estructura
ontológica del hombre. La enfermedad no es un sobreagregado; no se tiene
enfermedad: se es enfermo. La enfermedad es, entonces, un modo de develamiento
del Ser, de sus partes oscuras y rechazadas. Y esto es importante pues al poner
a la luz nuestras partes imperfectas nos obliga a la completud, a integrarnos y
crecer.
Fragmentos del libro: Bach por Bach. Obras Completas. Escritos Florales.
De Bárbara Espeche y Eduardo H. Grecco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario