Cuando
emitimos un pensamiento, un sentimiento, o hablamos se desprende de nosotros
una masa de energía. Esto es perfectamente comprobable, ya que, mediante
máquinas muy sensibles se pueden fotografiar.
Todo está
compuesto por átomos. El átomo tiene cargas positivas y negativas. Esto produce
en él un movimiento oscilatorio, una vibración.
De ahí que
la Ley de Vibración dice que, TODO VIBRA.
En la
diferencia de cantidad de movimientos por minuto esta la calidad de la energía.
La energía tiene
color, sonido y vibración.
La energía
más lenta es negativa y oscura, por eso, cuando vemos una persona o un lugar
negativo decimos: "Qué denso es" o "Qué ser de poca luz".
La energía
positiva es blanca y tiene una elevada frecuencia vibratoria, cuando nos
referimos a ella generalmente la denominamos "Luz".
La ley de
Polaridad dice que los opuestos son iguales, en Física veíamos que el frío y el
calor eran lo mismo, sólo tenían diferente graduación.
Si
analizamos una emisión de odio y otra de amor nos encontramos con que las dos
masas de energía son iguales, sólo tienen diferente vibración, el odio es lento
y el amor es rápido.
En una
escala imaginaria de 1 a 1000: el odio vibraría a 1 vez por minuto y el amor a
1000 movimientos por minuto.
Teniendo en
cuenta que las dos energías son iguales; si logramos aumentar la velocidad de
la energía calificada como odio, la estaríamos haciendo pasar por diferentes
estados hasta polarizarla hacia lo positivo y transformarla en amor.
Eso vamos a
hacer con nuestros patrones mentales negativos: Polarizarlos hacia lo positivo.
Supongamos
que nosotros somos una masa de energía que está en la mitad de su camino de
evolución.
De acuerdo a
la escala imaginaria estaríamos vibrando naturalmente a 500 movimientos por
minuto, entonces todo lo que se desprende de nosotros debe tener una velocidad
acorde con la velocidad de quien emerge.
Por lo
tanto, se supone que todo lo que se desprende de nosotros tiene una velocidad
media, pero como tenemos patrones mentales negativos (es decir, más lentos)
actuamos en nuestra velocidad natural hasta que alguien nos moviliza un patrón
mental.
En ese
momento bajamos nuestra vibración hasta la velocidad de ellos y actuamos en una
forma inapropiada para nuestra evolución.
Nuestra
tarea en principio va a ser llevar la vibración de nuestros patrones hasta la
velocidad que le corresponde a nuestra evolución.
Luego las
llevaremos al máximo y así ascenderemos nosotros. Para esto usaremos la Ley de
Mentalismo, que dice: Si tú lo has pensado y tú lo has creído: tú lo has
creado.
Todo lo que
pensamos y creemos LO CREAMOS.
Si a un niño
le decimos que es torpe, primero piensa que puede ser torpe, luego cree que lo
es y a partir de allí CREA AL TORPE.
Veamos
lentamente como funciona esta ley:
Cuando
emitimos un pensamiento se desprende de nosotros una masa de energía que tiene
una calificación, la que nosotros le dimos. Se dirige hacia donde nosotros la
enviamos uniéndose por principio de Atracción con energía igualmente calificada
y más allá del hecho de que pueda afectar a los demás o no, siempre, siempre
esta energía por Ley de Causa y Efecto vuelve a nosotros. Y cuando vuelve trae
todo el caudal energético necesario para que se cumpla lo que pensamos.
Por ejemplo:
Si pensamos
que en un examen nos va a ir mal, pensamos en la profesora, en la escuela, en
la materia y en todo lo que rodea al examen siempre con la idea de que nos va a
ir mal. Por lo tanto, van a desprenderse masas de energía con esa calificación
hacia todos los lugares donde la enviamos.
Después de
hacer el recorrido como ya describimos vuelve a nosotros una gran masa de
energía cuya calificación es un mensaje constante para que nos reprueben. Así
vivimos boicoteando toda nuestra historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario