EL PRIMER PASO

Te doy la bienvenida al espacio de EL PRIMER PASO en la web. Mi programa radial enfocado a la difusión del conocimiento espiritual desde distintos puntos de vista. Tocando temas que inviten al autoconocimiento y la transformación personal. Invitándote a tomar contacto con disciplinas alternativas y terapias complementarias, exponiendo material específico y diálogos en vivo con especialistas.

Premio Nacional Cuna de la Bandera 2012, rubro Terapias Alternativas.

Se emite todos los jueves a las 10 hs por FM AZ 92.7 Mhz. Esta emisora, comprometida con la difusión de programas que ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, tiene un área de cobertura de 80 km, transmitiendo también en vivo por Internet, nos escuchan desde cualquier punto del país y el exterior a través de www.fmaz.com.ar

Y ahora también, todos los programas en este blog, para que los puedas volver a escuchar cuando quieras.

jueves, 7 de junio de 2012

Ataques de ira



Una vez un miembro de la tribu se presento furioso ante su jefe para informarle que estaba decidido a tomar venganza de un enemigo que lo había ofendido gravemente.
¡Quería ir inmediatamente y matarlo sin piedad!
El jefe lo escucho atentamente y luego le propuso que fuera a hacer lo que tenia pensado, pero antes de hacerlo llenara su pipa de tabaco y la fumara con calma al pie del árbol sagrado del pueblo.
El hombre cargo su pipa y fue a sentarse bajo la copa del gran árbol.
Tardo una hora en terminar la pipa. Luego sacudió las cenizas y decidió volver a hablar con el jefe para decirle que lo había pensado mejor, que era excesivo matar a su enemigo pero que si le daría una paliza memorable para que nunca se olvidara de la ofensa.
Nuevamente el anciano lo escucho y aprobó su decisión, pero le ordeno que ya que había cambiado de parecer, llenara otra vez la pipa y fuera a fumarla al mismo lugar.
También esta vez el hombre cumplió su encargo y gasto media hora meditando.
Después regreso a donde estaba el cacique y le dijo que consideraba excesivo castigar físicamente a su enemigo, pero que iría a echarle en cara su mala acción y le haría pasar vergüenza delante de todos.
Como siempre, fue escuchado con bondad pero el anciano volvió a ordenarle que repitiera su meditación como lo había hecho las veces anteriores.
El hombre medio molesto pero ya mucho mas sereno se dirigió al árbol centenario y allí sentado fue convirtiendo en humo, su tabaco y su bronca.
Cuando termino, volvió al jefe y le dijo: "Pensándolo mejor veo que la cosa no es para tanto. Iré donde me espera mi agresor para darle un abrazo. Así recuperare un amigo que seguramente se arrepentirá de lo que ha hecho".
El jefe le regalo dos cargas de tabaco para que fueran a fumar juntos al pie del árbol, diciéndole:
"Eso es precisamente lo que tenia que pedirte, pero no podía decírtelo yo; era necesario darte tiempo para que lo descubrieras por ti mismo".

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