El Dr. Ihaleakala Hew Len había trabajado
en el Hospital del Estado de Hawai durante cuatro años.
Los psicólogos dimitían después de un mes
de trabajo allí. En el pabellón donde encerraban a los locos criminales era
peligroso. Las personas que pasaban por aquél pabellón tenían miedo a ser
atacados por los pacientes.
El Dr. Len nunca vio a los pacientes. Firmó
un acuerdo para tener una sala en el hospital y revisar sus expedientes
médicos. Mientras leía los expedientes médicos, él trabajaba sobre sí mismo.
Mientras él trabajaba sobre sí mismo, los
pacientes comenzaron a curarse, y eran dados de alta.
Según el Dr. Len, la total responsabilidad
de nuestra vida implica todo lo que está en nuestra vida, por el simple hecho
de estar en nuestra vida y ser, por esta razón, de nuestra responsabilidad. En
un sentido literal, todo el mundo es creación nuestra.
Si usted asume la completa responsabilidad
de su vida, entonces todo lo que usted ve, escucha, saborea, toca o experimenta
de cualquier forma es su responsabilidad, porque está en su vida.
El problema no está en ellos, está en
usted, y, para cambiarlo, usted es quien tiene que cambiar. Echar la culpa a
otra persona es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad pero, el
Ho’oponopono significa amarse a sí mismo. Si usted desea mejorar su vida, usted
debe curar su vida. Si usted desea curar a alguien, incluso a un criminal
mentalmente enfermo, usted debe hacerlo curándose a sí mismo.
El Dr. Len mientras se curaba a sí mismo simplemente,
permanecía diciendo ‘Lo siento mucho’ y ‘Te amo’, una y otra vez y después otra.
Sucede que amarse a sí mismo es la mejor
forma de mejorarse a sí mismo y, en la medida que usted se mejora a sí mismo,
mejora su mundo.
Ho’oponopono significa “corregir un error”
o “hacer lo correcto” en la lengua original de los hawaianos.
Al hacer el Ho’oponopono usted pide a Dios,
a la Divinidad, que limpie, y purifique el origen de estos problemas, que son
los recuerdos, las memorias. Usted así neutraliza la energía que usted asocia a
determinada persona, lugar o cosa.
En el proceso esta energía es liberada y
transmutada en pura luz por la Divinidad. Y dentro de usted el espacio vaciado
es llenado por la luz de la Divinidad. Por lo que, en el Ho’oponopono no hay
culpa, no es necesario revivir ningún sufrimiento, no importa saber el porqué
del problema, de quién es la culpa, ni su origen. En el momento que usted nota
dentro de sí algo incómodo en relación a una persona, lugar, acontecimiento o cosa,
inicie el proceso de limpieza, pida a Dios:
“Divinidad limpia en mí lo que está
contribuyendo para este problema.”
Entonces use las frases de esta secuencia:
“Lo siento mucho. Perdóname. Te amo. Estoy
agradecido”, varias veces, usted puede destacar solo alguna de ellas que le
llegue mas en aquél momento y repetirla. Deje a su intuición guiarle.
Cuando usted dice “Lo siento mucho” usted
reconoce que algo (no importa saber el qué) penetró en su sistema cuerpo/mente.
Usted quiere el perdón interior por lo que le trajo aquello. Al decir
“Perdóname” usted no está pidiendo a Dios que le perdone, usted está pidiendo a
Dios que le ayude a perdonarse. “Te amo” transmuta la energía bloqueada (que es
el problema) en energía fluyendo, le vuelve a unir al Divino. “Gracias” o
“Estoy agradecido” es su expresión de gratitud, su fe en que todo será resuelto
para el bien mayor de todos los involucrados. A partir de este momento lo que
suceda después es determinado por la Divinidad, usted puede ser inspirado a
hacer alguna acción, cualquiera que sea, o no. Si continuase dudando, persista
en el proceso de limpieza y después, cuando esté completamente limpio, obtendrá
la respuesta.
Recuerde siempre que lo que usted ve de
errado en el prójimo también existe en usted, todos somos Uno, por tanto toda
cura es auto-cura. En la medida en que usted mejora, el mundo también mejora.
Asuma esta responsabilidad. Nadie más necesita hacer este proceso, solo usted.
No existe ninguna regla en relación al
orden de las frases. Use la secuencia con la cual se sienta mejor. Puede usar
una o dos, generalmente solo “Te amo” ya resuelve.
Piense las frases en todos los momentos de
su día a día, esto lo mantendrá con una actitud vibrante de bienestar y comprensión,
en relación a cualquier cosa que se manifieste para usted.
Para acompañar este proceso de
introspección, perdón, aceptación y amor, podemos elegir algunas Flores de
Bach:
CHESTNUT BUD: Es la Flor de la
introspección, autobservación, aprendizaje de la propia experiencia. Dice el
Dr. Bach: “para quienes no sacan todo el provecho de la observación y la
experiencia. Para aprender de las lecciones de la vida diaria”.
HOLLY: Es la Flor de los celos, la
desconfianza, la envidia, el odio, la ira. Dice el Dr. Bach: “es el remedio del
Amor. Abre el corazón y nos comunica con el Amor Divino”. Otorga comprensión de
uno mismo y de los demás.
WILLOW: Es la Flor del resentimiento, la
victimización, para personas que sienten que los demás siempre están en deuda
con ellos. Es un resentimiento callado, silencioso, muchas veces acompañado de
una rigidez articular. Esta Flor aporta sentimientos de compasión con el
afuera, la persona puede perdonar y hacerse cargo de su responsabilidad.
PINE: Es la Flor para los que se culpan a
sí mismos. Nunca están conformes con sus esfuerzos y con los resultados que
obtienen. Se sienten responsables de todos los errores, propios y ajenos. No se
sienten merecedores. La Flor aporta aceptación de uno mismo, tal como uno es.
Esta aceptación viene de la mano del perdón y el amor hacia uno mismo,
reconociendo que venimos a este mundo a aprender.
La
descripción de estas Flores es general, puede que usted se sienta identificado
con alguna o con más de una. Si bien la Terapia Floral no produce ningún efecto
adverso siempre es conveniente la consulta con un Terapeuta que nos ayude a
encontrar la fórmula ideal para el momento que estemos atravesando y según los
aspectos de nuestra personalidad que queramos trabajar. NO se automedique.
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